Pensar que los estados, corporaciones y personas con poder en el mundo nos dicen toda la verdad sería francamente ingenuo. Y entender esto no es ser conspiranoico, sino admitir que en el mundo existen intereses de todo tipo, empezando por los geopolíticos, económicos e incluso ideológicos y políticos. Todos ellos se combinan con fortunas para crear agendas o planes de trabajo para vender sus productos, ideologías y formas de gobernar. Esto genera una gran batalla informativa, en donde la verdad nos llega, en muchos casos, recortada y sesgada dependiendo del medio e interés que nos la comunica. De ahí la importancia de crear un criterio propio y no comerse todo lo que te cuentan en televisión o incluso en internet. La idea siempre es contrastar y verificar las fuentes. Para saber si detrás de esas fuentes hay un interés o es propaganda de otras personas o grupos sociales.
Con las farmaceúticas sucede algo parecido. Presuponer que todas actúan por amor al arte sería un error. Hay intereses de venta de fármacos, sistemas de promoción y bonificación para médicos que recomiendan ciertos medicamentos y no otros. Lo mismo que sucede en las farmacias. Hay un comercio detrás de la salud. Tanto privada como pública. Eso es un hecho. Y allí está el estado y las personas que tratan de tener los ojos abiertos para que los intereses de las empresas de la salud no se antepongan a la propia salud de las personas y su derecho a acceder a medicamentos o soluciones eficientes.
A mi el ejemplo que más me sirve para graficar esa desconfianza normal y sana que debemos tener en empresas e instituciones es la historia detrás de la película Erin Brockovic y que relata la historia de una fábrica de una megaempresa que estaba envenenando las aguas de un pueblo cercano en donde las personas estaban enfermando y muriendo por ello. El contexto aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Erin_Brockovich
Mi conclusión es que si hay empresas o corporaciones que se han pasado por el forro el bienestar de las personas en el pasado, perfectamente las podría haber hoy. Y eso, lamentablemente, es una realidad. De muestra un botón: la trama del jamón podrido en España, en donde varias empresas vendían patas de jamón caducadas a precios rebajados, sin importar si eso podía producir problemas en la salud de las personas. Aquí los detalles: https://www.economiadigital.es/empresas/...5_102.html
Sin embargo, la desconfianza no nos debe cegar. Para así no perder de vista las cosas que sí funcionan. Tanto el cegarse como tragárselo todo es malo, porque son extremos.
Con las farmaceúticas sucede algo parecido. Presuponer que todas actúan por amor al arte sería un error. Hay intereses de venta de fármacos, sistemas de promoción y bonificación para médicos que recomiendan ciertos medicamentos y no otros. Lo mismo que sucede en las farmacias. Hay un comercio detrás de la salud. Tanto privada como pública. Eso es un hecho. Y allí está el estado y las personas que tratan de tener los ojos abiertos para que los intereses de las empresas de la salud no se antepongan a la propia salud de las personas y su derecho a acceder a medicamentos o soluciones eficientes.
A mi el ejemplo que más me sirve para graficar esa desconfianza normal y sana que debemos tener en empresas e instituciones es la historia detrás de la película Erin Brockovic y que relata la historia de una fábrica de una megaempresa que estaba envenenando las aguas de un pueblo cercano en donde las personas estaban enfermando y muriendo por ello. El contexto aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Erin_Brockovich
Mi conclusión es que si hay empresas o corporaciones que se han pasado por el forro el bienestar de las personas en el pasado, perfectamente las podría haber hoy. Y eso, lamentablemente, es una realidad. De muestra un botón: la trama del jamón podrido en España, en donde varias empresas vendían patas de jamón caducadas a precios rebajados, sin importar si eso podía producir problemas en la salud de las personas. Aquí los detalles: https://www.economiadigital.es/empresas/...5_102.html
Sin embargo, la desconfianza no nos debe cegar. Para así no perder de vista las cosas que sí funcionan. Tanto el cegarse como tragárselo todo es malo, porque son extremos.
(08-12-2022, 14:53 PM)Absth escribió: Pero yo solo pienso...¿ Realmente estáis tan seguros de que le importamos tanto a este sistema y de que nos dicen la verdad en todo y no nos dicen las cosas a su conveniencia y como a ellos les interesa que las creamos?
Las farmacéuticas son empresas, no dejan de ser empresas con además muchísimo poder y que mueven muchísimo dinero. ¿Por qué se supone que tenemos que fiarnos básicamente de empresas?
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