Buenas tardes a tod@s!
Inicio tema con las impresiones que me ha dado El Mago observándolo detenidamente. Intento hacerlo con cada carta, pero este ejercicio lo he transcrito porque es un arcano que me aparece mucho. Me encantaría que aportáseis vuestras percepciones, así aprendo mucho más. Ahí va:

El mago, el gran transmutador, el alquimista hermético que todos llevamos dentro, es un divertido personaje que con sentido del humor, y a veces cierta picaresca, nos impulsa a la acción y al movimiento. Su figura bipedestante y arraigada a la tierra, se combina con sus manos hábiles y poderosas, que apuntan a la mesa donde maneja todos sus aparejos, y al cielo, el final y la fuente del cambio, todo en uno. Esta lámina del tarot, sobretodo en sus primeras versiones (Marsella y Raider), nos ofrece una visión muy particular y medievalista de lo que se considera un iniciado, aquél que exalta a las masas para que busquen en su vasto mundo interior la energía necesaria para caminar hacia el crecimiento.
Sus vestiduras de vivos colores, son un foco de atención y un espejo. Su camisola contiene rojo en la parte izquierda (sentimiento e intuición), hablándonos de pasión y atracción; la parte derecha (iniciativa y expresión), es el-magoen este caso, azul, que corresponde a la sabiduría y a la verdad última (chakra de la garganta, Vishuddha) . Las mangas combinan graciosamente a
marillo (inteligencia), azul claro (sanación) y verde (crecimiento). Las piernas enfundadas
en mallas verdes son fértiles y están fuertemente ancladas a la tierra mediante esos zapatos amarillos, que invocan de nuevo al poder y la alegría de vivir (chakra raíz, Muladhra) y que apuntan uno a la derecha y otro a la izquierda (futuro y pasado respectivamente). El sombrero de Le Bateleur es un ancho tocado en forma de infinito (iniciación y espiritualidad) que da sombra (protege) a su rostro (aquello que mostramos) y hombros (nuestros ancestros o conocimientos arcanos). Este personaje mira concentrado y benevolente hacia fuera de los límites del naipe, a su derecha (mundo concreto), como invitándonos a la acción.
Y es que este atractivo joven de cabellos rubios (vigor, simpatía, belleza interior), nos está
mostrando cómo podemos transformar nuestro poder interior en materia viva; vemos que su vara alquímica (canal de lo sublime) ha transmutado una moneda de oro (realización material). Es un canto a escucharse a uno mismo y a ponerse en marcha, ser un magoemprendedor que utiliza todas las herramientas que tiene a su alcance. El mago trabaja sobre una mesa de tres patas, que representa los tres planos de la existencia: materia, mente y espíritu (la cuarta pata, que representa lo oculto, evidentemente no aparece en la ilustración). En su tablero hallamos todo lo necesario para avanzar en nuestro camino, los cuatro elementos fundamentales: Bastos (la varita, que nos habla de esfuerzo y trabajo), Copas (los vasos, las emociones), Espadas (la daga, que representa la actividad intelectual) y los Oros (las monedas, que nos hablan de recompensa y alegría). Además, guarda una valiosa cesta con hierbas y plantas medicinales (la armonía natural) para ayudar en el proceso o camino que iniciaremos. Incluso la simbología que incluye la carta nos habla de principios: es la número 1, la que contiene todos los elementos que configurarán el mazo; representa a Mercurio, el mensajero hermético y su letra hebrea es el Aleph, o primer aliento de vida.
Inicio tema con las impresiones que me ha dado El Mago observándolo detenidamente. Intento hacerlo con cada carta, pero este ejercicio lo he transcrito porque es un arcano que me aparece mucho. Me encantaría que aportáseis vuestras percepciones, así aprendo mucho más. Ahí va:

El mago, el gran transmutador, el alquimista hermético que todos llevamos dentro, es un divertido personaje que con sentido del humor, y a veces cierta picaresca, nos impulsa a la acción y al movimiento. Su figura bipedestante y arraigada a la tierra, se combina con sus manos hábiles y poderosas, que apuntan a la mesa donde maneja todos sus aparejos, y al cielo, el final y la fuente del cambio, todo en uno. Esta lámina del tarot, sobretodo en sus primeras versiones (Marsella y Raider), nos ofrece una visión muy particular y medievalista de lo que se considera un iniciado, aquél que exalta a las masas para que busquen en su vasto mundo interior la energía necesaria para caminar hacia el crecimiento.
Sus vestiduras de vivos colores, son un foco de atención y un espejo. Su camisola contiene rojo en la parte izquierda (sentimiento e intuición), hablándonos de pasión y atracción; la parte derecha (iniciativa y expresión), es el-magoen este caso, azul, que corresponde a la sabiduría y a la verdad última (chakra de la garganta, Vishuddha) . Las mangas combinan graciosamente a
marillo (inteligencia), azul claro (sanación) y verde (crecimiento). Las piernas enfundadas
en mallas verdes son fértiles y están fuertemente ancladas a la tierra mediante esos zapatos amarillos, que invocan de nuevo al poder y la alegría de vivir (chakra raíz, Muladhra) y que apuntan uno a la derecha y otro a la izquierda (futuro y pasado respectivamente). El sombrero de Le Bateleur es un ancho tocado en forma de infinito (iniciación y espiritualidad) que da sombra (protege) a su rostro (aquello que mostramos) y hombros (nuestros ancestros o conocimientos arcanos). Este personaje mira concentrado y benevolente hacia fuera de los límites del naipe, a su derecha (mundo concreto), como invitándonos a la acción.
Y es que este atractivo joven de cabellos rubios (vigor, simpatía, belleza interior), nos está
mostrando cómo podemos transformar nuestro poder interior en materia viva; vemos que su vara alquímica (canal de lo sublime) ha transmutado una moneda de oro (realización material). Es un canto a escucharse a uno mismo y a ponerse en marcha, ser un magoemprendedor que utiliza todas las herramientas que tiene a su alcance. El mago trabaja sobre una mesa de tres patas, que representa los tres planos de la existencia: materia, mente y espíritu (la cuarta pata, que representa lo oculto, evidentemente no aparece en la ilustración). En su tablero hallamos todo lo necesario para avanzar en nuestro camino, los cuatro elementos fundamentales: Bastos (la varita, que nos habla de esfuerzo y trabajo), Copas (los vasos, las emociones), Espadas (la daga, que representa la actividad intelectual) y los Oros (las monedas, que nos hablan de recompensa y alegría). Además, guarda una valiosa cesta con hierbas y plantas medicinales (la armonía natural) para ayudar en el proceso o camino que iniciaremos. Incluso la simbología que incluye la carta nos habla de principios: es la número 1, la que contiene todos los elementos que configurarán el mazo; representa a Mercurio, el mensajero hermético y su letra hebrea es el Aleph, o primer aliento de vida.