Contrario a lo que usualmente hemos conocido del planeta Mercurio, cuando acontece su retrogradación no es que entremos al mundo terrible de los "malos entendidos", de los "bloqueos energéticos", de la "mala suerte". Sucede más bien, que Mercurio (el mensajero sagrado) en su caminar hacia atrás nos pide bajar el ritmo, recapitular... re-considerar, re-encontrar, re-parar, re-pasar, re-habilitar ¡y re...spirar!
En realidad, la retrogradación de Mercurio (que acontece usualmente en tres periodos durante un año gregoriano) puede ser una gran bendición. Sobre todo, si podemos caminar este periodo desde la posibilidad de la reconsideración, acunándonos en el ritmo sagrado de nuestra respiración y paso verdadero.
Todo lo que veníamos considerando y sintiendo en las últimas semanas y últimos tres meses -cambio de casa, cambio de trabajo, permanecer con la pareja a pesar de los conflictos, esa gran decisión que sentíamos ya tomar... nos pide ser pausada, para re-considerar y recapitular.
Ante nosotras tenemos la gran oportunidad de re-visar nuestros planes, entender mejor el suelo que estamos pisando, re-considerar nuestras opciones y re-agendar nuestros tiempos. Aunque hay situaciones que nos animan a tomar una decisión, el cielo nos dice que nos demos tiempo para pensar, para revisitar cada una de las experiencias vividas. Y entonces, alrededor del 8 de enero tendremos mayor claridad.
Mercurio retrógrado nos estará invitando a mirar con qué recursos contamos para hacer nuestra sagrada transición a una nueva etapa de vida, nos invitará a mirar las estructuras que poseemos, la disciplina con que contamos para vivir "sin" ese elemento que hoy por hoy sí tenemos, pero que desaparecería al tomar la decisión que tenemos en mente.
Entre tanto, las conexiones que se hacen entre Urano en Aries (revolución personal y apertura de consciencia), Saturno en Sagitario (libertad y compromiso) y Júpiter en Libra (expansión en el tema de pareja y alianzas) nos impulsarán a co-crear nuevas formas de vivir el ciclo que se abre con la llegada del 2017.
El 29 de diciembre, con la luna nueva -de siembra- en Capricornio, Urano en Aries se pone directo. Toda la energía, memoria e impulso que trabajamos durante los últimos seis meses, se desbordan al llegar enero. Nos hacen tomar decisiones desde un lugar más elaborado y con mayor claridad, en busca de la creatividad y vitalidad del fuego interno.
Aprovechemos estas semanas para reconocer lo que hemos perdido, lo que hemos sacrificado, lo que ya no tenemos en nuestra situación de vida actual, y si vale la pena que sigamos inmersas en viejas rutinas y estructuras. Si no es así, vayamos elaborando lo que sí deseamos manifestar, y elevemos el rezo para reconocer en nuestro corazón la valentía para darnos a la ofrenda y expansión amorosa de la transformación.
Aprovechemos este periodo retrógrado para caminar hacia nosotras, y entregar el mensaje sagrado a nuestro corazón.
En realidad, la retrogradación de Mercurio (que acontece usualmente en tres periodos durante un año gregoriano) puede ser una gran bendición. Sobre todo, si podemos caminar este periodo desde la posibilidad de la reconsideración, acunándonos en el ritmo sagrado de nuestra respiración y paso verdadero.
Todo lo que veníamos considerando y sintiendo en las últimas semanas y últimos tres meses -cambio de casa, cambio de trabajo, permanecer con la pareja a pesar de los conflictos, esa gran decisión que sentíamos ya tomar... nos pide ser pausada, para re-considerar y recapitular.
Ante nosotras tenemos la gran oportunidad de re-visar nuestros planes, entender mejor el suelo que estamos pisando, re-considerar nuestras opciones y re-agendar nuestros tiempos. Aunque hay situaciones que nos animan a tomar una decisión, el cielo nos dice que nos demos tiempo para pensar, para revisitar cada una de las experiencias vividas. Y entonces, alrededor del 8 de enero tendremos mayor claridad.
Mercurio retrógrado nos estará invitando a mirar con qué recursos contamos para hacer nuestra sagrada transición a una nueva etapa de vida, nos invitará a mirar las estructuras que poseemos, la disciplina con que contamos para vivir "sin" ese elemento que hoy por hoy sí tenemos, pero que desaparecería al tomar la decisión que tenemos en mente.
Entre tanto, las conexiones que se hacen entre Urano en Aries (revolución personal y apertura de consciencia), Saturno en Sagitario (libertad y compromiso) y Júpiter en Libra (expansión en el tema de pareja y alianzas) nos impulsarán a co-crear nuevas formas de vivir el ciclo que se abre con la llegada del 2017.
El 29 de diciembre, con la luna nueva -de siembra- en Capricornio, Urano en Aries se pone directo. Toda la energía, memoria e impulso que trabajamos durante los últimos seis meses, se desbordan al llegar enero. Nos hacen tomar decisiones desde un lugar más elaborado y con mayor claridad, en busca de la creatividad y vitalidad del fuego interno.
Aprovechemos estas semanas para reconocer lo que hemos perdido, lo que hemos sacrificado, lo que ya no tenemos en nuestra situación de vida actual, y si vale la pena que sigamos inmersas en viejas rutinas y estructuras. Si no es así, vayamos elaborando lo que sí deseamos manifestar, y elevemos el rezo para reconocer en nuestro corazón la valentía para darnos a la ofrenda y expansión amorosa de la transformación.
Aprovechemos este periodo retrógrado para caminar hacia nosotras, y entregar el mensaje sagrado a nuestro corazón.