- ¡¡ Tres veces !!, tres veces he perdido en ese condenado juego. ¿Será posible?.., algo debo de estar haciendo mal, pues yo soy un buen jugador.., será mejor largarse de aquí.., no me gusta nada este olor que desprendo de perdedor...
- EL LABERINTO -Tercera parte - EL DESAFIO DE LO IMPOSIBLE -
De nuevo encontré unas escaleras que descendían bordeando la montaña y, comencé a bajar por ellas. De repente me encontré en una especie de jardín Zen.., acuático. Había agua por todas partes. Unas enormes piedras colocadas una detrás de la otra hacían de improvisado camino en medio de tanta agua que, cada poco se ramificaban de izquierda a derecha, hacia adelante o hacia atrás.., no sabiendo uno hacia dónde ir. Por el agua había gran cantidad de plantas acuáticas con flores de diferentes colores que invitaban a desplegar todos los sentidos en admirar tal entorno y.., a perderse. Aunque yo ya estaba perdido.., no creo que pueda perderme más de lo que estaba. Después de deambular un rato por allí con la extraña sensación de que no iba a ninguna parte.., escuché un ruido que según me acercaba a donde se producía, éste, se iba amplificando. Era el sonido del agua al precipitarse desde un sitio alto.., ¡ una cascada !. Me encontré con una imponente pared vertical por donde se precipitaba el agua. Desde allí se divisaba, cientos de metros más abajo, una llanura por donde discurría el curso de un río. A un lado de esta cascada, a medio camino de donde yo me encontraba y de esa llanura, había una especie de plataforma de piedra casi circular, en donde se encontraba aquella mesa y.., junto a ella estaban sentados mis "compañeros" de juego.., quizá esperando a que yo me uniera para empezar otra partida y.., volver a darme otro buen "repaso". Para llegar a ese lugar había que descender por un camino empedrado que serpenteaba por el borde de aquella pared.
Mientras descendía, decidí ordenar mis ideas; era evidente que mi estrategia de "dividir" para ganar, no funcionaba. No es que fuera una mala estrategia.., el problema estaba en cómo estaba configurado aquél juego. Aquellos tres personajes jugaban los tres contra mí.., y claro yo estaba en clara inferioridad numérica. Utilizando un término militar; " ellos podían rodearme.., pero yo no podía rodearlos a ellos ". Y si encima podían saber qué cartas tenía yo, así como qué jugada o movimiento realizaría.., el resultado era que yo no podría ganarles nunca. Sin embargo en la mesa todavía quedaba un mazo de cartas sin usar.., era el de los naipes en blanco. Era evidente que con estas cartas no se podía jugar.., pero, tenía claro una cosa:
Si estas cartas se encontraban en la mesa.., significaba que se podían utilizar, pues de lo contrario no estarían allí... ¿¿??. Lo cual me indicaba que el objetivo de aquél juego, no era ganar a esos tres personajes tal como yo creía. El objetivo era de que yo debería utilizar aquellas cartas... ¿¿??. Pero.., ¡ es imposible jugar con unas cartas en blanco !. Eso es cierto.., pero sí que permiten realizar dos movimientos o "jugadas"; la primera es que puedes repartir las cartas a los jugadores... ¿¿??. La segunda, tiene que ver con las fichas; las fichas se utilizan en este juego para realizar las apuestas durante el desarrollo de el juego. Dependiendo del resultado puedes ganar o perder las fichas y.., si las pierdes todas, el juego se termina para ti. Pero con estas cartas, puedes apostar todas las fichas que quieras, pues no perderás ninguna.., aunque tampoco ganarás ni siquiera una sola... ¿¿??.
Está claro que esos tres personajes también saben que con estas cartas no se puede jugar, por lo que es posible que no quisieran jugar con ellas - sobre todo porque con estas cartas no me pueden ganar, aunque, yo tampoco los puedo ganar ¿¿?? -.., pero, ¿ quién elije las cartas?.., pues yo. ¿¿??. Caramba.., semejante razonamiento cada vez tenía menos sentido. Pues una vez que han realizado esas dos "jugadas" ¿ qué va a pasar?.., las cartas ya no permiten más acciones... Sólo hay una manera de averiguar tal situación.., debería volver a la mesa y utilizar esas cartas. y para allá me encaminé.
- ¿ Qué?, ¿ le apetece una partida ?... Me dijo el de la mirada "penetrante".
- Por supuesto... - Le respondí con gran seguridad.
- Elija una baraja de uno de esos cuatro mazos.., mezcle las cartas y, repártelas.
Saqué de aquél mazo una baraja y las mezclé.., ¿?, que tontería estoy haciendo.., las cartas están en blanco, no necesitan que las mezcle.., bueno, es la costumbre de haberlo hecho tantas veces.
Entonces las repartí y.., ¡¡ ahora era yo el que no paraba de mirarlos !!. Entonces ellos siguiendo con su rutina de las otras veces, intentaron saber qué cartas tenía yo.., pero les resultó imposible saberlo... ¿¿??
Por más que lo intentaron, no lo lograron. Entonces yo, realicé la segunda "jugada" que permitían aquellas cartas.., arrastré con las manos todas mis fichas hacia el centro de la mesa, apostándolas todas como si tuviera unas cartas "ganadoras". Ellos realizaron la misma acción situando también todas sus fichas en el centro de la mesa.., y de nuevo intentaron, sin ningún éxito, saber qué cartas tenía yo. Después de varios infructuosos intentos.., uno detrás de otro dejaron sus cartas sobre la mesa y, levantándose se alejaron acercándose a la cascada.., "desapareciendo" por detrás de una enorme piedra. Yo, intuyendo que por allí se podría salir.., me encaminé hacia allí. La enorme piedra "camuflaba " perfectamente un sendero que se internaba por un estrecho desfiladero...
Después de caminar un rato aquél lugar se fue difuminando hasta desaparecer... De nuevo me encontraba a la entrada de ese condenado bosque.., ¿ o era la salida?. Daba igual.., el caso es que ¡¡ había conseguido salir de allí...!!
- FIN - ¿¿ FIN ??
- EL LABERINTO -Tercera parte - EL DESAFIO DE LO IMPOSIBLE -
De nuevo encontré unas escaleras que descendían bordeando la montaña y, comencé a bajar por ellas. De repente me encontré en una especie de jardín Zen.., acuático. Había agua por todas partes. Unas enormes piedras colocadas una detrás de la otra hacían de improvisado camino en medio de tanta agua que, cada poco se ramificaban de izquierda a derecha, hacia adelante o hacia atrás.., no sabiendo uno hacia dónde ir. Por el agua había gran cantidad de plantas acuáticas con flores de diferentes colores que invitaban a desplegar todos los sentidos en admirar tal entorno y.., a perderse. Aunque yo ya estaba perdido.., no creo que pueda perderme más de lo que estaba. Después de deambular un rato por allí con la extraña sensación de que no iba a ninguna parte.., escuché un ruido que según me acercaba a donde se producía, éste, se iba amplificando. Era el sonido del agua al precipitarse desde un sitio alto.., ¡ una cascada !. Me encontré con una imponente pared vertical por donde se precipitaba el agua. Desde allí se divisaba, cientos de metros más abajo, una llanura por donde discurría el curso de un río. A un lado de esta cascada, a medio camino de donde yo me encontraba y de esa llanura, había una especie de plataforma de piedra casi circular, en donde se encontraba aquella mesa y.., junto a ella estaban sentados mis "compañeros" de juego.., quizá esperando a que yo me uniera para empezar otra partida y.., volver a darme otro buen "repaso". Para llegar a ese lugar había que descender por un camino empedrado que serpenteaba por el borde de aquella pared.
Mientras descendía, decidí ordenar mis ideas; era evidente que mi estrategia de "dividir" para ganar, no funcionaba. No es que fuera una mala estrategia.., el problema estaba en cómo estaba configurado aquél juego. Aquellos tres personajes jugaban los tres contra mí.., y claro yo estaba en clara inferioridad numérica. Utilizando un término militar; " ellos podían rodearme.., pero yo no podía rodearlos a ellos ". Y si encima podían saber qué cartas tenía yo, así como qué jugada o movimiento realizaría.., el resultado era que yo no podría ganarles nunca. Sin embargo en la mesa todavía quedaba un mazo de cartas sin usar.., era el de los naipes en blanco. Era evidente que con estas cartas no se podía jugar.., pero, tenía claro una cosa:
Si estas cartas se encontraban en la mesa.., significaba que se podían utilizar, pues de lo contrario no estarían allí... ¿¿??. Lo cual me indicaba que el objetivo de aquél juego, no era ganar a esos tres personajes tal como yo creía. El objetivo era de que yo debería utilizar aquellas cartas... ¿¿??. Pero.., ¡ es imposible jugar con unas cartas en blanco !. Eso es cierto.., pero sí que permiten realizar dos movimientos o "jugadas"; la primera es que puedes repartir las cartas a los jugadores... ¿¿??. La segunda, tiene que ver con las fichas; las fichas se utilizan en este juego para realizar las apuestas durante el desarrollo de el juego. Dependiendo del resultado puedes ganar o perder las fichas y.., si las pierdes todas, el juego se termina para ti. Pero con estas cartas, puedes apostar todas las fichas que quieras, pues no perderás ninguna.., aunque tampoco ganarás ni siquiera una sola... ¿¿??.
Está claro que esos tres personajes también saben que con estas cartas no se puede jugar, por lo que es posible que no quisieran jugar con ellas - sobre todo porque con estas cartas no me pueden ganar, aunque, yo tampoco los puedo ganar ¿¿?? -.., pero, ¿ quién elije las cartas?.., pues yo. ¿¿??. Caramba.., semejante razonamiento cada vez tenía menos sentido. Pues una vez que han realizado esas dos "jugadas" ¿ qué va a pasar?.., las cartas ya no permiten más acciones... Sólo hay una manera de averiguar tal situación.., debería volver a la mesa y utilizar esas cartas. y para allá me encaminé.
- ¿ Qué?, ¿ le apetece una partida ?... Me dijo el de la mirada "penetrante".
- Por supuesto... - Le respondí con gran seguridad.
- Elija una baraja de uno de esos cuatro mazos.., mezcle las cartas y, repártelas.
Saqué de aquél mazo una baraja y las mezclé.., ¿?, que tontería estoy haciendo.., las cartas están en blanco, no necesitan que las mezcle.., bueno, es la costumbre de haberlo hecho tantas veces.
Entonces las repartí y.., ¡¡ ahora era yo el que no paraba de mirarlos !!. Entonces ellos siguiendo con su rutina de las otras veces, intentaron saber qué cartas tenía yo.., pero les resultó imposible saberlo... ¿¿??
Por más que lo intentaron, no lo lograron. Entonces yo, realicé la segunda "jugada" que permitían aquellas cartas.., arrastré con las manos todas mis fichas hacia el centro de la mesa, apostándolas todas como si tuviera unas cartas "ganadoras". Ellos realizaron la misma acción situando también todas sus fichas en el centro de la mesa.., y de nuevo intentaron, sin ningún éxito, saber qué cartas tenía yo. Después de varios infructuosos intentos.., uno detrás de otro dejaron sus cartas sobre la mesa y, levantándose se alejaron acercándose a la cascada.., "desapareciendo" por detrás de una enorme piedra. Yo, intuyendo que por allí se podría salir.., me encaminé hacia allí. La enorme piedra "camuflaba " perfectamente un sendero que se internaba por un estrecho desfiladero...
Después de caminar un rato aquél lugar se fue difuminando hasta desaparecer... De nuevo me encontraba a la entrada de ese condenado bosque.., ¿ o era la salida?. Daba igual.., el caso es que ¡¡ había conseguido salir de allí...!!
- FIN - ¿¿ FIN ??