Buenas!!
Os dejo un ritual de una compañera por si algun@ quiere hacerlo este fin de semana.
Artículo de Elvira Freire
Alguna humilde flor ha nacido, azul o blanca/ Belleza del campo apenas florido/ Mística primavera. Antonio Machado tenía toda la razón, en este, su poema.
Mística primavera, y este año más que nunca. Un eclipse, una luna negra y un equinoccio…
Imaginaros en un pasado, cuando nuestros ancestros se preparaban para la celebración del equinoccio. Su calendario, solar y lunar, se calculaba con sus remotos métodos de piedras. La astrología y la astronomía era un secreto para la mayoría de la población. Pero todos, de una manera u otra, se preparaban a celebrar esta festividad. En esta mañana de preparativos, poco tiempo después de que el sol emergiera desde el este, y cuando se elevaba en el cielo, una negra sombra empieza a cubrirlo. ¿Os imagináis el temor de nuestros antepasados?. Actualmente en esta fecha celebramos la festividad de San José, las fallas, los últimos vestigios de aquello que deseamos dejar atrás, paraqué nada impida una buena cosecha. En Catalunya todavía comemos la crema catalana en este día, otro símbolo del que hablaremos en otro momento
Actualmente podemos acceder a numerosas fuentes de información. Somos conscientes que un eclipse influye en nosotros, como influye en los animales. Pero además sabemos que este viernes en concreto el eclipse se iniciara a les 9,11 minutos en el signo de piscis, en la casa 12 del zodiaco. Piscis es agua, el agua son emociones, por tanto, nuestras emociones se encontraran estos días a flor de piel. Esa casa 12 del zodiaco que nos habla de los más profundo de nosotros, de nuestra reclusión, de nuestra interiorización hará surgir con fuerza emociones que tal vez creíamos olvidadas. Es por ello que os aconsejo tener a mano lápiz y papel y escribir todas esas emociones que os alteren, que os sacudan a lo largo del día. No dejaros nada, ni la molestia de que alguien os cambie el programa con el mando.
Pero también, en este día, la luna es nueva. Noche de luna negra, como yo la llamo. Noche de finalización de temas. De cerrar heridas, de despojarnos de todo lo que impide nuestra evolución, tanto espiritual como personal.
Y noche de equinoccio, de dar la bienvenida a la Dama de la Primavera, a la Diosa sajona Eoester (si, el conejito de la Reina de Oros). Y la Dama de la Primavera nos aporta toda la belleza de la Madre a partir de la floración. ¿No es por tanto el momento ideal de dejar atrás todo lo negativo, cerrar temas, temores, desilusiones, frustraciones, tristezas, depresiones…?. ¿Y al mismo tiempo abrir nuestros corazones a la dulzura de aromas y colores de la primavera? ¿No es positivo que nuevas ilusiones se forjen en nuestro corazón, con la determinación de cuidarlas y vigilarlas hasta que estén maduras?
Os propongo algo más. Comprar aceite de argán, sal marina (fina mejor), una vela flotante violeta o blanco-violeta (lila también). Y seguro que en casa tenéis un recipiente de hierro, de cobre, de barro o de cristal.
Cuando llegue la noche prepararos. El equinoccio es a las 23,45, pero podéis realizar el ritual a partir que oscurezca, ya que en la noche se forma un nuevo día y en esta noche, también, nace una nueva estación, promesa de futuras cosechas.
Ponéis agua en el recipiente, el agua de la emociones, el agua del renacimiento de la caldera. Y en ella la vela flotante. Siempre mirando de cara al este. Si lo deseáis podéis situar los cuatro elementos al entorno y tener su presencia en el ritual. Encendemos la vela y le damos la bienvenida a la dama de la primavera, por todas esas flores y aromas que serán promesa de buenas cosechas. Y dirigiéndonos cada uno a las deidades a las que guardamos respeto y amor les solicitamos que los seres de luz nos acompañen en este camino. Tomamos el papel que hemos escrito (podéis guardar una fotocopia, pero no la miréis hasta el siguiente equinoccio o el Samhain (Todos los Santos). Leeremos despacio ese papel, tomando conciencia de lo que hemos escrito, y sintiendo como esas emociones nos contaminan y deseamos liberarnos de ellas. Cuando estemos preparados encendemos el papel con la llama de la vela flotante, lo quemamos y dejamos que caiga en el interior de la caldera. Meditamos como el fuego purificador que late en toda forma de creación elimina todas las negatividades de nuestras emociones, y se vuelven cenizas en el agua.
Sintiéndonos liberados emocionalmente preparamos unas mezcla de aceite de argán y sal marina. Nos vamos a la ducha y repartimos el preparado por todo el cuerpo (incluida cabeza) y aprovecharnos para frotarnos. Mientras realizamos nuestro agradable piling corporal, somos conscientes que la corteza de sal que movemos en nuestro cuerpo físico, está limpiando, por completo, nuestros cuerpos emocionales, mentales, espirituales, aurales y astrales. Pasados cinco minutos dejamos que el agua cálida retire la sal de nuestro cuerpo, limpiándonos en todos los planos. Realizamos respiraciones y si queréis podéis finalizar el baño con vuestros productos preferidos.
De nuevo volvemos a donde se encuentra la caldera con la vela y realizamos una pequeña meditación. A continuación solicitamos que a medida que avance la primavera nuevas semillas positivas germinen en nuestro interior y nos ayuden a evolucionar, cada uno en los aspectos que sean importantes pero también, al menos yo lo realizo así, pidiendo que la justicia Divina y los Seres de Luz planten y cuiden esas semillas que ellos crean convenientes para intentar cumplir lo mejor posible mi trabajo en la Tierra. Cuando lo deseemos, damos por finalizado el ritual y despedimos a todos los que han acudido a ayudarnos y los empañamos para próximas ocasiones. Dulces sueños equinocciales.
Elvira Freire Profesora de Hierbas tradicionales, Defensa Psiquica y Tarot en EScola Mariló Casals
Os dejo un ritual de una compañera por si algun@ quiere hacerlo este fin de semana.
Artículo de Elvira Freire
Alguna humilde flor ha nacido, azul o blanca/ Belleza del campo apenas florido/ Mística primavera. Antonio Machado tenía toda la razón, en este, su poema.
Mística primavera, y este año más que nunca. Un eclipse, una luna negra y un equinoccio…
Imaginaros en un pasado, cuando nuestros ancestros se preparaban para la celebración del equinoccio. Su calendario, solar y lunar, se calculaba con sus remotos métodos de piedras. La astrología y la astronomía era un secreto para la mayoría de la población. Pero todos, de una manera u otra, se preparaban a celebrar esta festividad. En esta mañana de preparativos, poco tiempo después de que el sol emergiera desde el este, y cuando se elevaba en el cielo, una negra sombra empieza a cubrirlo. ¿Os imagináis el temor de nuestros antepasados?. Actualmente en esta fecha celebramos la festividad de San José, las fallas, los últimos vestigios de aquello que deseamos dejar atrás, paraqué nada impida una buena cosecha. En Catalunya todavía comemos la crema catalana en este día, otro símbolo del que hablaremos en otro momento
Actualmente podemos acceder a numerosas fuentes de información. Somos conscientes que un eclipse influye en nosotros, como influye en los animales. Pero además sabemos que este viernes en concreto el eclipse se iniciara a les 9,11 minutos en el signo de piscis, en la casa 12 del zodiaco. Piscis es agua, el agua son emociones, por tanto, nuestras emociones se encontraran estos días a flor de piel. Esa casa 12 del zodiaco que nos habla de los más profundo de nosotros, de nuestra reclusión, de nuestra interiorización hará surgir con fuerza emociones que tal vez creíamos olvidadas. Es por ello que os aconsejo tener a mano lápiz y papel y escribir todas esas emociones que os alteren, que os sacudan a lo largo del día. No dejaros nada, ni la molestia de que alguien os cambie el programa con el mando.
Pero también, en este día, la luna es nueva. Noche de luna negra, como yo la llamo. Noche de finalización de temas. De cerrar heridas, de despojarnos de todo lo que impide nuestra evolución, tanto espiritual como personal.
Y noche de equinoccio, de dar la bienvenida a la Dama de la Primavera, a la Diosa sajona Eoester (si, el conejito de la Reina de Oros). Y la Dama de la Primavera nos aporta toda la belleza de la Madre a partir de la floración. ¿No es por tanto el momento ideal de dejar atrás todo lo negativo, cerrar temas, temores, desilusiones, frustraciones, tristezas, depresiones…?. ¿Y al mismo tiempo abrir nuestros corazones a la dulzura de aromas y colores de la primavera? ¿No es positivo que nuevas ilusiones se forjen en nuestro corazón, con la determinación de cuidarlas y vigilarlas hasta que estén maduras?
Os propongo algo más. Comprar aceite de argán, sal marina (fina mejor), una vela flotante violeta o blanco-violeta (lila también). Y seguro que en casa tenéis un recipiente de hierro, de cobre, de barro o de cristal.
Cuando llegue la noche prepararos. El equinoccio es a las 23,45, pero podéis realizar el ritual a partir que oscurezca, ya que en la noche se forma un nuevo día y en esta noche, también, nace una nueva estación, promesa de futuras cosechas.
Ponéis agua en el recipiente, el agua de la emociones, el agua del renacimiento de la caldera. Y en ella la vela flotante. Siempre mirando de cara al este. Si lo deseáis podéis situar los cuatro elementos al entorno y tener su presencia en el ritual. Encendemos la vela y le damos la bienvenida a la dama de la primavera, por todas esas flores y aromas que serán promesa de buenas cosechas. Y dirigiéndonos cada uno a las deidades a las que guardamos respeto y amor les solicitamos que los seres de luz nos acompañen en este camino. Tomamos el papel que hemos escrito (podéis guardar una fotocopia, pero no la miréis hasta el siguiente equinoccio o el Samhain (Todos los Santos). Leeremos despacio ese papel, tomando conciencia de lo que hemos escrito, y sintiendo como esas emociones nos contaminan y deseamos liberarnos de ellas. Cuando estemos preparados encendemos el papel con la llama de la vela flotante, lo quemamos y dejamos que caiga en el interior de la caldera. Meditamos como el fuego purificador que late en toda forma de creación elimina todas las negatividades de nuestras emociones, y se vuelven cenizas en el agua.
Sintiéndonos liberados emocionalmente preparamos unas mezcla de aceite de argán y sal marina. Nos vamos a la ducha y repartimos el preparado por todo el cuerpo (incluida cabeza) y aprovecharnos para frotarnos. Mientras realizamos nuestro agradable piling corporal, somos conscientes que la corteza de sal que movemos en nuestro cuerpo físico, está limpiando, por completo, nuestros cuerpos emocionales, mentales, espirituales, aurales y astrales. Pasados cinco minutos dejamos que el agua cálida retire la sal de nuestro cuerpo, limpiándonos en todos los planos. Realizamos respiraciones y si queréis podéis finalizar el baño con vuestros productos preferidos.
De nuevo volvemos a donde se encuentra la caldera con la vela y realizamos una pequeña meditación. A continuación solicitamos que a medida que avance la primavera nuevas semillas positivas germinen en nuestro interior y nos ayuden a evolucionar, cada uno en los aspectos que sean importantes pero también, al menos yo lo realizo así, pidiendo que la justicia Divina y los Seres de Luz planten y cuiden esas semillas que ellos crean convenientes para intentar cumplir lo mejor posible mi trabajo en la Tierra. Cuando lo deseemos, damos por finalizado el ritual y despedimos a todos los que han acudido a ayudarnos y los empañamos para próximas ocasiones. Dulces sueños equinocciales.
Elvira Freire Profesora de Hierbas tradicionales, Defensa Psiquica y Tarot en EScola Mariló Casals
