(09-02-2017, 19:53 PM)Caro escribió:  Muchas Gracias Tanto !! Una vez mas coincido plenamente contigo en tu analisis. Estare atenta a tus proximos post

Claro. Para equilibrar visita a una de mis publicaciones densas:

http://www.forotarot.net/tema-anatomia-d...ue-regrese

Jajaja

(08-02-2017, 17:55 PM)Sadnie escribió:  Cuanta razón, en tus sabias palabras. Recuerdo que a mi me sucedió, yo empecé leyendo las cartas a mis familiares y amigos muy conocidos. La primer vez que le leí las cartas a alguien fuera de este entorno, fue a un profesor muy admirado por mi. El sólo hecho de ser una persona que admiraba aumentaba ese nerviosismo que tu describes eprfectamente. Se que cuando lees cartas no debes callar nada de lo que leas, pero, era nueva, saliò algo sobre una brujería (yo no creía en las brujerías, como tal, ahora las veo de distinta forma) mi mente enseguida pensó ¿Cómo le voy a hablar de brujerías a tan sabia persona? y omito el hecho (que no debí hacerlo). Al final en la parte de preguntas, el profesor pregunto específicamente sobre una brujería que el sabía le habían hecho. Imaginen a mi mente dándome golpes en la cabeza. Justo lo que él quería saber, fué lo que omití. Todo por no controlar mis nervios. ahora digo todo lo que veo, aunque el consultante no lo crea de momento.

Ciertamente, darle un buen canal al nerviosismo y no omitir algo porque pueden
'no quere oirlo' son dos elementos muy importantes para que se manifiesten
las mejores lecturas de un tarotista.

Saludos y grandes lecturas para ti

Todos hemos pasado por ese momento, principalmente el de pensar que no sabemos nada, que ante una pregunta determinada, no vamos a saber reaccionar.

Yo, como muchos de nosotros, comencé estudiando, cada día leía, buscaba, sacaba un par de cartas... de tal manera que llegó un momento en que se convirtió en una filosofía de vida para mí.

Pasó el tiempo, y nadie de mis conocidos sabía de mi afición por lo esotérico. Tan sólo salió la conversación con alguien de mi círculo más íntimo, que me dejó atónita cuando me dijo que él hacía casi 30 años que no tocaba una baraja, pero que había estado muy en contacto con el tema. Que conociéndome, lo perfeccionista que soy, la entrega que tengo con aquello en lo que creo, sería una excelente tarotista.

Es más, me pidió una lectura sobre algo que en aquel momento le atenazaba, un problema con difícil solución que, juntos y con la ayuda de mi mazo, conseguimos desentrañar. Aún hoy sigue requiriendo mi consejo cuando tiene que enfrentarse a una decisión complicada.

Al igual que el maestro aparece cuando el alumno está preparado, el momento llega cuando el profesional está en el punto perfecto.

Ciertamente has procesado tu experiencia con la baraja, en tu estilo.

Gracias por compartir tu historia. Saludos