Yo la hice siendo niña, atraída como muchos por el misterio, este mundo que a todos nos llama, a unos más que a otros, en mi caso me gusta experimentarlo todo, me gusta saber de qué hablo. Lo hice buscando respuestas, soy de ver para creer, sino no creo. A día de hoy se que en esta vida no volveré a jugar con eso, se abren puertas desde el momento en que los participantes ponen la intención de jugar, y acuden al lugar almas densas, con ganas de incordiar a la luz, con ansias de miedo, que es lo que las alimenta...

Al principio todo es color de rosa, te tratan de manera amable para que te quedes, pero con el tiempo se vuelven transparentes, dejan que veas como son y se muestran desde la oscuridad.

Pasan cosas feas a los participantes, accidentes, muertes o cualquier desgracia, dependiendo de la fuerza de la persona esto se manifiesta en el participante o en miembros de su familia/amigos.

Durante días la cabeza solo piensa en el tablero y en las entidades, dejas de soñar para tener pesadillas que interrumpen el descanso. Te vuelves denso, como ellos, y por tanto más accesible, algo que aprovechan para seguir metiéndote miedo a la vez que comen de ti.

Un horror, nada agradable.

Nunca la he hecho, aunque de pequeña la habría hecho porque no creía, por curiosidad... Ahora que creo en estas cosas, ni loca... Y juro que me da muchísima curiosidad, pero es de las pocas cosas que aún matándome las ganas, no la hago