¡Denfiéndete de las Maldiciones!
Hay veces en que incluso las personas más incrédulas comienzan a preguntarse a si mismas: ‘¿me habrán hecho un mal?’. Y como tú querid@ lector@ ya habrás intuído, no nos estamos refiriendo a que alguien te halla robado la billetera. Hablamos directame de una maldición.
No consigues trabajo, tu novi@ te ha dejado, tus amigos se están distanciando de tí. El otro día, camino a casa luego de una acalorada discusión, pisaste caca de perro y al llegar a tu hogar te encuentras con que este ha sido robado. No es que alguna cosa salga mal, sino que muuuuuuchas, como si fuese en cadena, están resultando pésimas.
Seamos claros. La mayoría de las personas, no malgasta su tiempo y energía en andar realizando maleficios. Afortunadamente, la bondad y las buenas acciones están por todos lados en este mundo que nos toca vivir, de lo contrario la existencia pacífica sería prácticamente imposible. Pero no por ello debemos ser ingenuos. La maldad existe y es nuestro deber plantarle cara y combatirla cuando sea necesario.
¿Qué hacer?
Primero que nada, es importante ser sinceros consigo mism@s. Debemos estar seguros de que nuestra pésima situación, sale de lo común y que no se trata, de un acontecimiento aislado y normal. Que han sucedido varias cosas negativas que resultan muy extrañas que ocurran tan cercanas entre sí. De la noche a la mañana comienzas a enfermarte a menudo. Resfríos que antes jamás sufrías, de pronto te encuentras contrayéndolos seguido. Tu mascota se comporta de manera extraña o errática y en el peor de los caso, muere sin lógica alguna (las mascotas son particularmente susceptibles a captar y en algunos casos a absorber la maldición dirigida hacia sus amos).
En otras palabras, debemos saber que se trata de paranoia sino de una duda razonable.¿¡Qué hacer!?
En la vida, la relaciones humanas son muy complejas. La envidia, los celos, el odio y tantas otras emociones similares se adueñan de la voluntad de muchas personas. Como si fuesen verdaderos demonios que toman posesión de ellas para luego hacerlas actuar de maneras reprochables. Quizás la mera sorpresa que te provoque el que alguien dedique tanto tiempo y energía a la oscura tarea de lanzarte una maldición contribuya, sin importar que tan incrédul@ seas, ha provocarte inquietud, pesadillas y otros indeseables estados anímicos.
Hay 2 interrogantes básicas que es necesario responder:
1.- Determinar quién les ha hecho el mal.
Mucho cuidado, que dentro de esta categoría, también entran aquellos que no lo han hecho concientemente. Puede ser un mal de ojo por parte de una persona resentida que no tiene idea del
poder que es capaz de manifestar su negatividad. El otro caso es, por supuesto, una persona que lanza intencionalmente la maldición (a través de algún trabajo, ritual, etc)
2.-Determinar si existe un vínculo material que se haya utilizado para inflingir el mal.
Quizás a través de un mechón de cabello, una fotografía, una prenda de vestir o algún fluido corporal (sangre, semen, saliva, etc) Es a través de estos objetos que se crean los nexos que transmiten la carga negativa de la maldición.
Habiendo contestado las dos preguntas enunciadas más arriba, ya se puede iniciar el proceso de bloqueo o desvío del mal del que estas siendo víctima.
Puede suceder, que no sepas quien te ha lanzado la maldición. En ese caso tendrás que ser un poco como un detective. Comienza realizando un listado de aquellas personas con quienes has tenido algo de comunicación durante los últimos meses. Trata de ser tan objetiv@ como sea posible y en la medida que vayas confeccionando el listado, piensa en que razones podría haber tenido esa persona para haberte maldicho. No te sorprendas si de pronto descubres como varios individuos que jamás anteriormente hubieras considerado como potenciales causantes, en realidad, si han demostrado en el pasado ciertas actitudes que delatan como en realidad, no son individuos tan confiables como solías pensar y bien podrían ser los causantes de la maldición que estás sufriendo.
Si luego de ello no has descubierto a quien tiene las mayores posibilidades de ser el culpable, al menos tendrás un listado más reducido y manejable. Es con ese grupo de personas que deberás realizar una segunda prueba utilizando tu método esotérico ‘adivinatorio’ favorito. Sea este, el Tarot, el Péndulo Hebreo o cualquier otras técnica de tu preferencia personal.
Si luego de varias pruebas, seleccionas la mayoría de las veces a la misma persona. Probablemente has encontrado al causante. Quiero decir, si luego de 3 o 4 tiradas o pasadas del Péndulo sueles llegar al mismo nombre, es porque diste con el culpable. No te sorprendas al descubrir que en realidad lo habías sabido todo el tiempo, pero no habías querido admitirlo. Es algo muy común cuando se trata de un amigo o familiar con quien alguna vez tuvimos una relación cercana de afecto y cariño. Nos rehusamos a creer que fueron responsables de una acción tan cuestionable. Pero la naturaleza humana es así: cambiante e impredecible.
Eso en cuanto, a la primera parte. Ahora que sabemos que es una maldición, cuales elementos la componen y cómo descubrir a los causantes durante la segunda parte, explicaré como contrarrestar y anular los efectos del maleficio.
Y nunca olvidar: este mundo tiene de gris, pero se nutre de colores. La luz está en todos lados.
Mis mejores deseos para tod@s
¿Continuará?...