- LA FUENTE DEL OLVIDO -
Cuentan las leyendas que, en un remoto lugar cuyo nombre no puedo acordarme, un hombre decidió hacer un largo viaje. Se fue muy lejos, al otro extremo del mundo y, allí se quedó mucho tiempo.., hasta que un día acordó volver. Y así lo hizo.., pero no recordaba de dónde había partido, todo era extraño, desconocido para él. Entonces vio a otro hombre que estaba sentado junto una fuente y, se fue a su encuentro con la intención averiguar el lugar en donde se encontraba.
- Perdone.., ¿me puede ayudar?.
- Lo intentaré... - Respondió el otro.
- Hace tiempo que me fui de aquí y, ahora que he vuelto, este lugar me resulta extraño.., desconocido.
- Y, ¿se fue muy lejos...?
- Al otro extremo del mundo...
- Y, ¿por qué se fue tan lejos?.
- Para olvidar...
- Entiendo.., pues parece que lo ha logrado. ¿Recuerda algo de este lugar?.
- Si, este impresionante valle.., y esas altas montañas...
- ¿Algo más?.
- ¿Le parece poco?.
- ¿Qué me dice de esta fuente...?
El hombre observó con mucho detalle aquella fuente y exclamó:
- ¡¡ La fuente !!, si la recuerdo.., caramba usted sabe mucho...
- Claro, yo estaba aquí cuando usted se marchó...
- No entiendo.., ¿acaso nos conocemos...?
- Por supuesto.., soy su amigo.
- ¿Somos amigos?.., entonces sabrá porqué me marché...
- Si.., pero no se lo voy a decir...
- Pero hombre.., ¿por qué no me puede decir la causa por la que me marché?.
- Si se lo dijera.., seguramente se volvería a ir, por lo que yo debería seguir aquí esperándolo. Mejor es que ese recuerdo que nos separa se quede para siempre en el desierto del olvido...
Cuentan las leyendas que, en un remoto lugar cuyo nombre no puedo acordarme, un hombre decidió hacer un largo viaje. Se fue muy lejos, al otro extremo del mundo y, allí se quedó mucho tiempo.., hasta que un día acordó volver. Y así lo hizo.., pero no recordaba de dónde había partido, todo era extraño, desconocido para él. Entonces vio a otro hombre que estaba sentado junto una fuente y, se fue a su encuentro con la intención averiguar el lugar en donde se encontraba.
- Perdone.., ¿me puede ayudar?.
- Lo intentaré... - Respondió el otro.
- Hace tiempo que me fui de aquí y, ahora que he vuelto, este lugar me resulta extraño.., desconocido.
- Y, ¿se fue muy lejos...?
- Al otro extremo del mundo...
- Y, ¿por qué se fue tan lejos?.
- Para olvidar...
- Entiendo.., pues parece que lo ha logrado. ¿Recuerda algo de este lugar?.
- Si, este impresionante valle.., y esas altas montañas...
- ¿Algo más?.
- ¿Le parece poco?.
- ¿Qué me dice de esta fuente...?
El hombre observó con mucho detalle aquella fuente y exclamó:
- ¡¡ La fuente !!, si la recuerdo.., caramba usted sabe mucho...
- Claro, yo estaba aquí cuando usted se marchó...
- No entiendo.., ¿acaso nos conocemos...?
- Por supuesto.., soy su amigo.
- ¿Somos amigos?.., entonces sabrá porqué me marché...
- Si.., pero no se lo voy a decir...
- Pero hombre.., ¿por qué no me puede decir la causa por la que me marché?.
- Si se lo dijera.., seguramente se volvería a ir, por lo que yo debería seguir aquí esperándolo. Mejor es que ese recuerdo que nos separa se quede para siempre en el desierto del olvido...