@Maggie 1234 lo tendré en cuenta. Gracias!

Ahora hablo desde mi experiencia como consultante y no como tarotista.

En determinados momentos, una predicción puede parecer extraña, rocambolesca y contradictoria.

De hecho, yo esas las dejo en el olvido y no pienso en ellas, porque estoy "segura" de que no se van a cumplir. Digo esto porque no interfiero en que se cumpla o no, porque parece tan improbable que ni siquiera las recuerdo.

Hasta que ... Zas! Un día la predicción más estúpida que me han hecho se ha cumplido.

Mira, aquellas que realmente nos interesan y andamos detrás de ellas proyectando nuestra energía, la mayor parte de las veces no sucede nada, precisamente por eso.

La teoría del campo de todas las posibilidades dice que la energía que está libre, es decir, cuando prácticas el desapego y sueltas un deseo, va mucho más deprisa, porque pesa menos, es menos densa.

Ese deseo que nos han predicho y nos tiene locos esperando que se cumpla, lo tenemos atado, de modo que no lo dejamos libre para que se lleva a cabo.

Lo he comprobado mil veces en mí. Pero es tan complicado liberar lo que realmente deseas.

Pienso como tú, las cosas que sentimos más despegadas pasan antes pero como tú bien dices es tan difícil dejar fluir las cosas...

(03-12-2018, 09:57 AM)Phoenicoperus escribió:  Ahora hablo desde mi experiencia como consultante y no como tarotista.

En determinados momentos, una predicción puede parecer extraña, rocambolesca y contradictoria.

De hecho, yo esas las dejo en el olvido y no pienso en ellas, porque estoy "segura" de que no se van a cumplir. Digo esto porque no interfiero en que se cumpla o no, porque parece tan improbable que ni siquiera las recuerdo.

Hasta que ... Zas! Un día la predicción más estúpida que me han hecho se ha cumplido.

Mira, aquellas que realmente nos interesan y andamos detrás de ellas proyectando nuestra energía, la mayor parte de las veces no sucede nada, precisamente por eso.

La teoría del campo de todas las posibilidades dice que la energía que está libre, es decir, cuando prácticas el desapego y sueltas un deseo, va mucho más deprisa, porque pesa menos, es menos densa.

Ese deseo que nos han predicho y nos tiene locos esperando que se cumpla, lo tenemos atado, de modo que no lo dejamos libre para que se lleva a cabo.

Lo he comprobado mil veces en mí. Pero es tan complicado liberar lo que realmente deseas.