Las Maldiciones más Simples.
Comienzo advirtiéndoles que esta publicación no se trata de lanzar maleficios sino de como hacemos para protegernos de ellos. En mi excelente post anterior ‘¡Defiéndete de las Malciciones!’, el cual recomiendo leas antes, ya les conté en que consisten las maldiciones, cuales son sus principales componentes y que debemos saber para poder contrarrestarlas.
Empezaremos por aquellas más simples y directas.
Cuando alguien te insulta directamente, lanzando todo tipo de improperios y malos deseos durante un arrebato de furia, lo sepa o no, está dirigiendo una carga de negatividad que sin lugar a dudas constituye una maldición.
Maldiciones del tipo:
¡Nunca serás feliz! ¡Muérete, traidor@! ¡Te odio, vete al infierno basura!
Perfectamente califican como maleficios destinados a impregnar al destinatario con todo tipo de futuros terribles y hostiles.
También tenemos otras más ‘pintorescas’ y extremas en su uso del lenguaje, como aquella que un día cualquiera profirió una gitana a una amiga, luego que esta se negara a darle dinero:
¡Te van a salir gusanos en la zorra!!!!
Y bueno, estoy seguro, que ustedes pueden imaginarse una buena cantidad de maldiciones similares a las ya mencionadas.
En todos esos casos, lo bueno es que ya tenemos los 2 elementos principales que –como ya mencioné en mi publicación anterior-nos permiten prácticamente de inmediato, detener sus efectos: sabemos quién lo está realizando y el medio que usa para ello (su presencia directa junto a nosotros).
Excelente!, son maldiciones simples y podemos aplicar muchas técnicas sencillas y 'coloridas'.
Algunas de las más simples, curiosas y efectivas son:
1.- Escupir tres veces al suelo en dirección al agresor, con total desprecio e intención,y luego sin decir nada, dar media vuelta y marcharse.
2.-Imaginar que existe un espejo justo delante tuyo y que está reflejando de vuelta al agresor toda la negatividad que te está lanzando.
3.- Dibujar en el aire, con tu mano derecha estando frente al agresor, un pentagrama y luego con teatralidad, empujarlo en dirección a quién te ha maldicho. Dar la vuelta y marcharse sin decir nada.
4.-Si portas un cuarzo, sacarlo en el momento que comience a pronunciar la maldición. Y aguardar con una semi-sonrisa a que termine mientras sostienes el cuarzo. Luego marcharte y lanzarlo –el cuarzo, no al agresor- a un río con desembocadura al mar.
5.- Si te lo lanzan –el maleficio- cuando vas caminando de espalda a la persona, no voltear sino seguir caminando al mismo ritmo que tenías antes, y de pasada arrancar la ojita de algún árbol,
partirla en dos mientras sigues caminando y la dejas caer con desprecio mientras tu agresor lo ve.
Es importante sepan, que al tratarse de maldiciones tan directas y frontales es precisamente una reacción frontal e inmediata la que se requiere para contrarrestas. Además es la más efectiva. Es un quiebre inmediato, que también tiene el factor sorpresa como elemento de shock, pués sin duda alguna el agresor no se espera en absoluto ese tipo de reacción. Al efecto mágico le sumas la inquietud psicológica que provoca recibir una respuesta inesperada por parte de alguien que está actuando con total intención y conciencia: tú.
Los maleficios funcionan en muchos planos. En el terreno más obvio, incluso personas escépticas que califican esto de pura superstición pueden verse afectadas seriamente al recibir una maldición directa y furiosa. Al nuestro inconciente no le interesa que es real o no, lo mide todo en función del impacto emocional que nos provoca y en ese sentido, realmente puede afectar a la persona. Al utilizar técnicas simples, como las descritas, se encarga de lanzarle un mensaje claro a su propio inconciente: le dice que se está defendiendo y no es una víctima indefensa.
Luego están aquellos que en realidad creen en el poder sobrenatural de los maleficios. Esto no se puede descartar. Pues incluso en mi experiencia propia, he visto (sólo y con más personas) más de una vez, cosas que escapan totalmente a cualquier explicación racional. Como bien lo saben muchos de los lectores de este artículo
Es nuestro deber proteger nuestro bienestar y el de nuestros seres queridos, en especial de agresiones externas.
Y bueno. Esta fue la segunda parte de este serie dedicada a la protección ante las maldiciones. De aquí en adelante, las demás series se referirán a aquellos ‘trabajos’ más elaborados y secretos. Como protegernos ante gente que se ha tomado el trabajo y la energía para dirigir su maldad a través de alguna ceremonia o ritual. No les servirá, pues también existen multitud de técnicas igual o más elaboradas para frenar, detener, desviar o reflejar esa corriente negativa.
Empezaremos por aquellas más simples y directas.
Cuando alguien te insulta directamente, lanzando todo tipo de improperios y malos deseos durante un arrebato de furia, lo sepa o no, está dirigiendo una carga de negatividad que sin lugar a dudas constituye una maldición.
Maldiciones del tipo:
¡Nunca serás feliz! ¡Muérete, traidor@! ¡Te odio, vete al infierno basura!
Perfectamente califican como maleficios destinados a impregnar al destinatario con todo tipo de futuros terribles y hostiles.
También tenemos otras más ‘pintorescas’ y extremas en su uso del lenguaje, como aquella que un día cualquiera profirió una gitana a una amiga, luego que esta se negara a darle dinero:
¡Te van a salir gusanos en la zorra!!!!
Y bueno, estoy seguro, que ustedes pueden imaginarse una buena cantidad de maldiciones similares a las ya mencionadas.
En todos esos casos, lo bueno es que ya tenemos los 2 elementos principales que –como ya mencioné en mi publicación anterior-nos permiten prácticamente de inmediato, detener sus efectos: sabemos quién lo está realizando y el medio que usa para ello (su presencia directa junto a nosotros).
Excelente!, son maldiciones simples y podemos aplicar muchas técnicas sencillas y 'coloridas'.
Algunas de las más simples, curiosas y efectivas son:
1.- Escupir tres veces al suelo en dirección al agresor, con total desprecio e intención,y luego sin decir nada, dar media vuelta y marcharse.
2.-Imaginar que existe un espejo justo delante tuyo y que está reflejando de vuelta al agresor toda la negatividad que te está lanzando.
3.- Dibujar en el aire, con tu mano derecha estando frente al agresor, un pentagrama y luego con teatralidad, empujarlo en dirección a quién te ha maldicho. Dar la vuelta y marcharse sin decir nada.
4.-Si portas un cuarzo, sacarlo en el momento que comience a pronunciar la maldición. Y aguardar con una semi-sonrisa a que termine mientras sostienes el cuarzo. Luego marcharte y lanzarlo –el cuarzo, no al agresor- a un río con desembocadura al mar.
5.- Si te lo lanzan –el maleficio- cuando vas caminando de espalda a la persona, no voltear sino seguir caminando al mismo ritmo que tenías antes, y de pasada arrancar la ojita de algún árbol,
partirla en dos mientras sigues caminando y la dejas caer con desprecio mientras tu agresor lo ve.
Es importante sepan, que al tratarse de maldiciones tan directas y frontales es precisamente una reacción frontal e inmediata la que se requiere para contrarrestas. Además es la más efectiva. Es un quiebre inmediato, que también tiene el factor sorpresa como elemento de shock, pués sin duda alguna el agresor no se espera en absoluto ese tipo de reacción. Al efecto mágico le sumas la inquietud psicológica que provoca recibir una respuesta inesperada por parte de alguien que está actuando con total intención y conciencia: tú.
Los maleficios funcionan en muchos planos. En el terreno más obvio, incluso personas escépticas que califican esto de pura superstición pueden verse afectadas seriamente al recibir una maldición directa y furiosa. Al nuestro inconciente no le interesa que es real o no, lo mide todo en función del impacto emocional que nos provoca y en ese sentido, realmente puede afectar a la persona. Al utilizar técnicas simples, como las descritas, se encarga de lanzarle un mensaje claro a su propio inconciente: le dice que se está defendiendo y no es una víctima indefensa.
Luego están aquellos que en realidad creen en el poder sobrenatural de los maleficios. Esto no se puede descartar. Pues incluso en mi experiencia propia, he visto (sólo y con más personas) más de una vez, cosas que escapan totalmente a cualquier explicación racional. Como bien lo saben muchos de los lectores de este artículo
Es nuestro deber proteger nuestro bienestar y el de nuestros seres queridos, en especial de agresiones externas.
Y bueno. Esta fue la segunda parte de este serie dedicada a la protección ante las maldiciones. De aquí en adelante, las demás series se referirán a aquellos ‘trabajos’ más elaborados y secretos. Como protegernos ante gente que se ha tomado el trabajo y la energía para dirigir su maldad a través de alguna ceremonia o ritual. No les servirá, pues también existen multitud de técnicas igual o más elaboradas para frenar, detener, desviar o reflejar esa corriente negativa.
Este mundo sigue siendo un lugar maravilloso y bueno, y las veces en que algunos tratan cambiar eso es cuando debemos ponernos de pie y evitarlo.
Este mundo tiene de gris, pero se nutre de colores.
Mis mejores deseos para uds.