“Si notas que tu novio no para de decir lo bonito que tiene el pelo tu amiga… eso es que tu amiga se lo cepilla muy a menudo”.
Ten en cuenta que nada más acabe la cuarentena se van a saturar las peluquerías, y yo esta jugada ya me la conozco: Primero se ponen mechas… y luego “mecha” de casa.
"Si tu hijo pequeño se queda quieto, callado y mirándote, o está cagando o se está actualizando”.
Si a tu hijo -aburrido y falto de ejercicio- le da por la escatología y las ventosidades, debes recordarle una cosa: Si se tira un eructo y un pedo a la vez hace captura de pantalla.
“Echo de menos lo de ir a un bar, hablar con amigos, tomar cervezas y en mitad de la noche hacer contacto visual con alguien desconocido y decirle con los ojos ‘ese es mi abrigo, como lo toques te mato’”.
Cuando por fin salgamos de todo esto vamos a tener tantas ganas de estar con otra gente que si se da el caso, con tal de mirar a alguien nuevo, pienso mantener el contacto visual hasta que a los dos nos entre conjuntivitis.
Madurar es terminar de jugar un partido de fútbol con tus colegas y que te pregunten que cómo estás en lugar de cómo has quedado”.
¿Y cómo vas a haber quedado? Pues con un pulmón reventado y la lengua fuera.
"El coronavirus es la venganza de los murciélagos contra los humanos por haber puesto al de Crepúsculo a hacer de Batman”.
Ojo, que en la de Crepúsculo era vampiro, que son unos seres que se transforman en murciélagos. A ese hombre le pasa como a Iniesta, que no hay forma de que le dé el sol.
“Dale un pez a un hombre… y si es millennial seguro que llama a su madre para que le quite las espinas”.
Como parte del colectivo millennial he de decir que esto no es del todo cierto. Un verdadero millennial ni siquiera come pescado porque seguro que tiene gluten o algo así.
“Hemos llegado a tal punto en este confinamiento que si entra alguien a robar a mi casa le saco unos pistachos”.
Claro que sí; además son la compañía más segura. Pensadlo, llevan siempre guantes y un pasamontañas en la cara, ¡No te pueden contagiar nada!.
“Hemos sobrevivido a viajes de 12 horas en un Seat 850 con 4 personas sin aire acondicionado y escuchando chistes de Arévalo… a mi generación no le habléis de confinamiento”.
“Si te caes una vez, te levantas. Si te vuelves a caer, te vuelves a levantar y tiras p’adelante. Y si te caes otra vez, eso ya es que eres cojo o gilipollas”.
“Yo a la vida ya solo le pido que si algún día acaban asfixiándome con una almohada, que al menos lo hagan por el lado fresquito”.
Y que si me pegan un tiro mientras duermo que al menos le pongan silenciador a la pistola, para no despertarme.