YA ESTOY EN UNA ENCRUCIJADA, Y AHORA QUÉ HAGO
Las encrucijadas son los lugares ideales donde enterrar aquello que queremos desterrar de nuestras vidas, malos hábitos, energías negativas que hemos recogido de nuestros hogares en un trabajo de purificación, malas influencias, miedos, partes de nuestra personalidad o de nuestras vidas que ya no queremos más. Y, también, donde enterrar ofrendas de agradecimiento cuando, tras un rito de paso en nuestras vidas, hemos recibido los dones de las diosas oscuras y hemos salido del trance mejoradas y fortalecidas, al fin y al cabo, el agradecimiento es el motor que pone en marcha la rueda de la magia. Los cruces de caminos tienen sus propias energías particulares, y es conveniente entrar en contacto, con amabilidad y respeto, con los espíritus que allí habitan antes de enterrar nada, preguntando si es el lugar adecuado para hacerlo y dejando una pequeña ofrenda, tradicionalmente monedas de cobre, comida o flores, como agradecimiento. Los daemones o los dioses de ese cruce de caminos van a recoger tu petición y llevarla a otras esferas para que puedas manifestarla en el mundo físico, qué menos que un equitativo intercambio de energías. Cuando hayas terminado, marcha sin mirar atrás, con una sonrisa y tranquila. En el cruce entre mundos la magia es fuerte, sí, y desafiante, pero no maléfica.
¿Qué no se debe enterrar en un cruce de caminos? A otras personas... figuradamente, me refiero, claro. La magia negra no es para las encrucijadas. A la Señora no la gustan las tonterías humanas, y te arriesgas a descubrirlo por las malas.
Las encrucijadas son los lugares ideales donde enterrar aquello que queremos desterrar de nuestras vidas, malos hábitos, energías negativas que hemos recogido de nuestros hogares en un trabajo de purificación, malas influencias, miedos, partes de nuestra personalidad o de nuestras vidas que ya no queremos más. Y, también, donde enterrar ofrendas de agradecimiento cuando, tras un rito de paso en nuestras vidas, hemos recibido los dones de las diosas oscuras y hemos salido del trance mejoradas y fortalecidas, al fin y al cabo, el agradecimiento es el motor que pone en marcha la rueda de la magia. Los cruces de caminos tienen sus propias energías particulares, y es conveniente entrar en contacto, con amabilidad y respeto, con los espíritus que allí habitan antes de enterrar nada, preguntando si es el lugar adecuado para hacerlo y dejando una pequeña ofrenda, tradicionalmente monedas de cobre, comida o flores, como agradecimiento. Los daemones o los dioses de ese cruce de caminos van a recoger tu petición y llevarla a otras esferas para que puedas manifestarla en el mundo físico, qué menos que un equitativo intercambio de energías. Cuando hayas terminado, marcha sin mirar atrás, con una sonrisa y tranquila. En el cruce entre mundos la magia es fuerte, sí, y desafiante, pero no maléfica.
¿Qué no se debe enterrar en un cruce de caminos? A otras personas... figuradamente, me refiero, claro. La magia negra no es para las encrucijadas. A la Señora no la gustan las tonterías humanas, y te arriesgas a descubrirlo por las malas.