Quería callarme pero es que no puedo, se me llevan los demonios, y aunque tengo clarísimo que a más de una le va a sentar mal lo que digo, sinceramente, me da igual, hay cosas más importantes en la vida que caer en gracia, y ésta es una de ellas.
A mí lo que me sorprende es que se utilice la expresión amor kármico o incluso la palabra amor para definir ciertas cosas, de verdad, a la persona a la que llevan maltratando siete años es que es amor, es que no es así, es que dentro de ese hombre que me parte la cara está el que me hacía feliz; la que es amante de uno por diez años, no, es que me quiere pero no podemos estar juntos por su familia, porque si se separa su esposa se queda la mitad de lo que tienen y no puede permitir eso, lo hace por sus hijos, pero no quiere a su mujer me quiere a mí; la que está sentada desde hace meses esperando al que se ha ido y se está acostando con otra y pasándoselo bien, y ya se lo ha hecho tres veces antes, no, es que se va con ella, pero siempre vuelve, porque con ella sólo tiene s*x*, a mí me quiere, y como esto es un amor kármico, pues claro, me toca pasarlo mal, y como es un amor por destino lo espero toda la vida sentada. Y situaciones y situaciones, donde alguien con dos dedos de frente se da cuenta de que amor no es, será otra cosa, pero no amor, que ya está bien ¡carajo! de andar perdiendo la dignidad y escudarse en el amor, que el amor empieza por uno mismo, y si yo me quiero no permito que me hagan ciertas cosas ni me permito a mí misma hacerlas, es más, si alguien me quiere no me permite que las haga. Y no digo esto porque yo vaya de super digna, sino porque he visto y pasado por muchas situaciones y uno tiene que aprender ciertas lecciones y ser consciente de algunas cosas y no andar buscando excusas en el amor para lo que hace cuando el amor brilla por su ausencia. Hay algo muy claro que parece olvidarse continuamente, si alguien quiere a otra persona quiere que sea feliz y que sufra lo menos posible, si eso no está y a la otra parte le da igual que uno se hunda en la miseria, mucho amor no hay, y lo siento pero tampoco me vale esto que está tan de moda en la actualidad de que a uno lo han amarrado y por eso se ha ido, débil el amor que no puede con eso, porque si a eso vamos, hay energías que están muy por encima de otras y el amor de verdad es una de ellas, hay están las decenas, o cientos serán, de parejas con las que lo han intentado una y otra vez y siguen juntas.
Que enseñen menos historias de amor y den más lecciones de cómo quererse y respetarse a una misma, que seguro que ganamos más y no tenemos que seguir viendo cosas tan tristes y tan desagradables como las que se ven cada día, y no las protagonizan mujeres de países lejanos ni mujeres de sesenta años con otra educación, sino mujeres, de veinte años, de treinta, etc. Niñas de quince años que les permiten a sus novios que les digan lo que tienen que ponerse, con quién tienen que hablar, lo que tienen que hacer con sus vidas...
Cierro el tema, por mi parte, con una frase que no recuerdo ahora de quién es pero que es sabia: Tú eres quien le enseña a otros cómo tratarte.
A mí lo que me sorprende es que se utilice la expresión amor kármico o incluso la palabra amor para definir ciertas cosas, de verdad, a la persona a la que llevan maltratando siete años es que es amor, es que no es así, es que dentro de ese hombre que me parte la cara está el que me hacía feliz; la que es amante de uno por diez años, no, es que me quiere pero no podemos estar juntos por su familia, porque si se separa su esposa se queda la mitad de lo que tienen y no puede permitir eso, lo hace por sus hijos, pero no quiere a su mujer me quiere a mí; la que está sentada desde hace meses esperando al que se ha ido y se está acostando con otra y pasándoselo bien, y ya se lo ha hecho tres veces antes, no, es que se va con ella, pero siempre vuelve, porque con ella sólo tiene s*x*, a mí me quiere, y como esto es un amor kármico, pues claro, me toca pasarlo mal, y como es un amor por destino lo espero toda la vida sentada. Y situaciones y situaciones, donde alguien con dos dedos de frente se da cuenta de que amor no es, será otra cosa, pero no amor, que ya está bien ¡carajo! de andar perdiendo la dignidad y escudarse en el amor, que el amor empieza por uno mismo, y si yo me quiero no permito que me hagan ciertas cosas ni me permito a mí misma hacerlas, es más, si alguien me quiere no me permite que las haga. Y no digo esto porque yo vaya de super digna, sino porque he visto y pasado por muchas situaciones y uno tiene que aprender ciertas lecciones y ser consciente de algunas cosas y no andar buscando excusas en el amor para lo que hace cuando el amor brilla por su ausencia. Hay algo muy claro que parece olvidarse continuamente, si alguien quiere a otra persona quiere que sea feliz y que sufra lo menos posible, si eso no está y a la otra parte le da igual que uno se hunda en la miseria, mucho amor no hay, y lo siento pero tampoco me vale esto que está tan de moda en la actualidad de que a uno lo han amarrado y por eso se ha ido, débil el amor que no puede con eso, porque si a eso vamos, hay energías que están muy por encima de otras y el amor de verdad es una de ellas, hay están las decenas, o cientos serán, de parejas con las que lo han intentado una y otra vez y siguen juntas.
Que enseñen menos historias de amor y den más lecciones de cómo quererse y respetarse a una misma, que seguro que ganamos más y no tenemos que seguir viendo cosas tan tristes y tan desagradables como las que se ven cada día, y no las protagonizan mujeres de países lejanos ni mujeres de sesenta años con otra educación, sino mujeres, de veinte años, de treinta, etc. Niñas de quince años que les permiten a sus novios que les digan lo que tienen que ponerse, con quién tienen que hablar, lo que tienen que hacer con sus vidas...
Cierro el tema, por mi parte, con una frase que no recuerdo ahora de quién es pero que es sabia: Tú eres quien le enseña a otros cómo tratarte.
